La Agrivoltaica como oportunidad
La producción de energía fotovoltaica (FV) ha experimentado un notable crecimiento en las últimas décadas debido, tanto a la necesidad de construir un entorno más sostenible, como a los continuos avances tecnológicos que están convirtiendo a la FV en una tecnología más eficiente a un menor coste. Sin embargo, con frecuencia, este crecimiento de la fotovoltaica (PV) está ligado al uso grandes extensiones de terreno de origen agrícola, lo que ha generado controversia, ya que conlleva una pérdida significativa de terrenos forestales y agrícolas y, como consecuencia, puede implicar impactos medioambientales no deseados (pérdida de vegetación, amenaza para determinadas especies animales) y riesgos socioeconómicos (pérdidas para el sector agrícola, despoblación de zonas rurales, dificultades de abastecimiento de alimentos, etc.).
En este contexto, la Agrivoltaica se presenta como un nuevo modelo productivo que combina la producción PV y agrícola en la misma unidad de tierra, contribuyendo a paliar el conflicto por el uso del terreno. Además, diferentes estudios han comprobado que existen múltiples sinergias entre ambos sistemas productivos que conllevan una serie de ventajas entre las que cabe destacar:
Protección de los cultivos
Los paneles solares actúan como protectores, resguardando los cultivos de la excesiva radiación solar y de fenómenos climatológicos extremos.
Mejora del balance hídrico
La sombra parcial de los colectores solares disminuye la evapotranspiración, optimizando el uso de recursos hídricos y favoreciendo un suelo más saludable.
Agricultura más sostenible
La integración de energía solar con cultivos permite un modelo agrícola más resiliente y adaptado al cambio climático.
Incremento de la productividad
La agrivoltaica maximiza el uso de la tierra al combinar producción agrícola y generación de energía, elevando el rendimiento económico de los terrenos.
Apoyo a la economía rural
La agrivoltaica promueve la generación de empleo en el ámbito agrícola y favorece la diversificación de ingresos en las zonas rurales.
Como consecuencia de estas ventajas, el sector agrivoltaico se encuentra en una fase de fuerte expansión en países como EEUU, Japón, China, India, Corea del Sur, Israel, Alemania, Holanda, Italia, y Francia. Sin embargo, en España, a pesar del elevado número de horas del sol y la importancia del sector agrícola, el nivel de desarrollo es prácticamente inexistente.
A pesar de ello, existe un interés muy elevado y constatable por esta temática a varios niveles: comunidad científica, asociaciones de agricultores y ganaderos, propietarios de terrenos, promotores de instalaciones eléctricas, administraciones, entidades financieras, empresas tecnológicas y de soporte y servicios y medios de comunicación. De hecho, desde la administración se empiezan a dar primeros pasos y en el marco del Programa de Incentivos de proyectos innovadores de energías renovables y almacenamiento, así como de sistemas térmicos Renovables (ENERGÍAS RENOVABLES INNOVADORAS) en el marco del PRTR, financiado por la Unión Europea – Next Generation EU
Sin embargo, a pesar del interés y los primeros avances que se están desarrollando, en la actualidad existe una gran dispersión de proyectos y de agentes implicados en nuestro país que dificulta su implementación a grandes niveles.